Ángel Hechavarría Pérez es el nombre de un fanático del beisbol que, llevado por su interés, decidió darle el enfoque académico para perfeccionarlo mas allá de lo que algunos podrían considerar como posible. Tras una larga trayectoria, como preparador físico en su natal Cuba, hoy se encuentra cursando un doctorado en la Facultad de Ciencias de la Cultura Física y Deporte de la UACH, además de asistir a los Dorados de Chihuahua.

“Entre otras cosas, he tenido la oportunidad de ser entrenador”, inicia Ángel. De categorías pequeñas hasta la máxima entidad en Cuba, de ser preparador de equipos escolares, juveniles y equipos nacionales. Casualmente pude venir a un mundial juvenil aquí en Chihuahua, una ciudad muy bonita que Dios me permitió volver a visitar, pero fue en el 2012 cuando quedamos sub campeones mundiales y, en esa etapa, vine como preparador.

Con una larga trayectoria de entrenador en eventos internacionales, como Panamericanos, Centroamericanos o mundiales, siempre en representación de su natal Cuba, Hechavarría Pérez también ha trabajado como profesor adjunto en varias universidades, siempre en la cultura física.

Actualmente, la Universidad Autónoma de Chihuahua le ha permitido avanzar su doctorado, que lleva el tema de “Nuevas Tendencias de la Fuerza Explosiva en el Rey de los Deportes”, y aplicando su investigación gracias a los jugadores de los clubes locales de beisbol Centauro y, por supuesto, los Dorados de Chihuahua.

El proyecto se basa en gran parte en la aplicación de la pesa rusa en los entrenamientos, que por su forma y su agarre permite un mejor resultado en el beisbolista, a diferencia del fisicoculturismo ordinario que solo afecta el aspecto físico del deportista, pero no le proporciona lo que necesita durante el juego.

“La fuerza explosiva, para que se den una idea, es la fuerza-capacidad determinante que debe tener un beisbolista para su desarrollo y lo estamos aplicando en la escuela Centauro, donde se me dio la oportunidad de colaborar con ellos, para llevar adelante mi proyecto. Estamos también haciendo un proyecto piloto con el equipo de los Dorados y llevando a cabo este trabajo desde el punto de vista físico, como preparador y nos ha ido bastante bien; hemos tenido muy buena acogida y estamos aportando todo lo que podamos en conocimiento, en función de desarrollar el beisbol chihuahuense que, me parece, forma parte de la idiosincrasia del chihuahuense. La gente de aquí gusta mucho del beisbol”.

Ángel se manifiesta impresionado por la afición local, así como por la infraestructura que existe en el estado para el disfrute del deporte al que ha dedicado su vida. Recuerda cómo eso le causó una gran impresión la primera vez que vino en calidad de preparador físico de la selección cubana en el 2012. En aquel momento, a su lado pisó tierras chihuahuenses un joven jugador que hoy está haciendo grandes cosas en el beisbol a nivel mundial.

“Un atleta que estuvo conmigo aquí en el mundial del 2012, Yordan Álvarez, la sensación. Jugó primera base, cuarto bat del equipo de Cuba, y hoy está con los Astros de Houston. Ha efectuado cinco juegos, y lleva cuatro home runs, bateando por encima de 370. Ya está catalogado como el fenómeno, un atleta que lo agarramos desde muy pequeño, lo llevamos a selecciones nacionales y está aportando mucho en las Grandes Ligas, como cuarto bat de los Astros, un equipo que es finalista. ¿Te puedes imaginar? ¡Solamente 21 años! ”, expresa Ángel con orgullo.

Ahondando en su historia personal, Hechavarría reconoce la dificultad que tuvo al optar por rechazar una oportunidad de otra carrera en Cuba, a favor del estudio del deporte.

“Electrotecnia Naval solo llega a Cuba cada siete años y dos seleccionados por provincia. Era muy difícil, y a mi me llegó. Sin embargo, me había inclinado por la licenciatura en deportes. Una decisión difícil porque mis padres querían que yo hiciera eso, incluso la directora de la escuela prácticamente me humilló, por dejar una carrera tan linda a favor de ser un simple profesor de educación física. Eso me llegó, me dolió mucho. Todas las carreras son importantes, todos los trabajos son importantes, en dependencia de cómo tú lo asumas y lo quieras llevar. El deporte tiene muchas fronteras y tiene mucho porque salir adelante, y se merece estudiarlo más”.

Hechavarría cataloga a los Dorados como la máxima institución deportiva de Chihuahua, sintiéndose orgulloso de formar parte del colectivo técnico del equipo. Por el lado académico, no solo se encuentra realizando su tesis doctoral sino que también está elaborando un libro en la UACH sobre el desarrollo de la fuerza especial en el beisbol.

“Me siento muy contento de estar aquí. Yo apliqué para tres países: Chile, México y España, y me salió España y México, y opté por venir acá y más porque fue Chihuahua, porque yo ya había estado aquí. La UACH por el nivel de desarrollo que tiene, por el prestigio de esta Universidad a nivel internacional, donde hay muchos estudiantes extranjeros, hay mucha oportunidad de desarrollo para ellos y, sobre todo, para los que no tenemos posibilidades económicas por ser de países pobres. Estamos muy agradecidos.“

Por el momento, el deportista se encuentra cursando el segundo de seis semestres en los que consiste su doctorado, además de la parte práctica, aplicando lo estudiado en el programa piloto en los Dorados. Sus planes a futuro, una vez concluido su proyecto, están abiertos a continuar trabajando a favor de la ciencia deportiva, de ser posible en lo local.

“Yo quiero agradecerle mucho a México, y si se me da la oportunidad de continuar contribuyendo al desarrollo del beisbol y de la ciencia en el deporte en Chihuahua, por supuesto que estaremos aquí, aportando todo nuestro conocimiento en función de este estado que nos abrió las puertas, y con mucho agradecimiento tenemos que aportar lo que aprendimos”, concluye Ángel Hechavarría.