
Investigadora de FACIATEC injerta diferentes especies de vid para mejorar calidad de vinos en Chihuahua
- UACH
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- Marzo 5, 2020
Muchos la conocen como la “Breaking Bad” del vino, otros como la especialista que logró encontrar el método para convivir y sacar provecho de la viña: ella es Ramona Pérez Leal, maestra investigadora de la Facultad de Ciencias Agrotecnológicas de la UACH, quien trabaja en el proyecto de aplicación de injertos en la vid para obtener mejor desarrollo de las especies vitivinícolas.
Su conocimiento y destreza han llevado a la maestra Ramona a convertir un tallo de la vid, a través de injertos de similares especies, en una enredadera que puede dar mejor producción de la uva con mayor coexistencia, olor, sabor y lista para llevarse a la mesa o a las empresas dedicadas a la elaboración de los mejores vinos.
Entrevistada al respecto, la maestra indicó que desde el 2010 trabaja en un proyecto que fue solicitado por la Iniciativa Privada para introducir vid para vino en el estado de Chihuahua y fue donde FACIATEC decidió implementar los trabajos de validación de las variedades en el campo.
Dijo que esas validaciones se realizaron constantemente debido a que se introdujeron ciertas variedades y patrones que por el tiempo los productores fueron observando cuáles se adaptaban y cuales no, o cuales les gustaba como para producir el vino con calidad. Hoy trabajan en la producción de vid que tenga perspectivas de vida a largo plazo pero sin perder sus características esenciales como es el aroma, sabor y coexistencia.
Agregó que en estos momentos se encuentran en la colecta de parras nativas que fueron recuperadas de algunos lugares cercanos a los ríos de los municipios de Namiquipa, Cuauhtémoc, Gómez Farías y Satevó, los cuales han servido como patrón para realizar las investigaciones necesarias que lleven al cultivo de una viña con la firmeza esperada.
“La vid silvestre se encuentra casi en todo el estado y lo que se ha observado de ella es lo principal, que se encuentra en el medio ambiente como normal sin cuidado alguno, frondosísima, y como es trepadora, entonces como está colonizando árboles grandes, se busca que con esta colección hagamos un patrón, porque como ya se comprobó que crece bien, sin pesticidas y nutrientes, entonces sirven para injertarles Cabernet Sauvignon, Merlot, etc., que son los vinos que nos gustan, sobre todo por la expresión de sus características con las condiciones ambientales de Chihuahua”, explicó la maestra de Faciatec.
Para conocer más de este proceso que implementa la maestra investigadora Ramona, se puede decir que ella y sus alumnos siembran un tallo grueso de la vid para que esté en contacto directo con los nutrientes, la salinidad, los microorganismos, etc.
Luego de que este patrón o tallo padre responde al tipo de suelo y persiste su existencia, los investigadores y estudiantes le hacen un corte al palo de la vid y de la misma manera le hacen otro al tallo de una vareta de un cabernet sauvignon u otra variedad, de tal manera que coincidan a través de una técnica que implementó la investigadora Ramona, para que empiece a crecer la ramificación del injerto y reproducirse hasta llegar al producto que necesitan utilizar los fabricantes del vino.
Es decir, la investigadora hace esa esa unión se convierta en uno mismo y lo que va a crecer es el patrón de la vid y en su momento cuando crezcan, lo que se cortará es la variedad, porque los que se busca es la ramificación del injerto, porque como cualquier otra planta son totipotentes, que significa que, a partir de una célula vegetal de cualquier órgano bien injertado, se puede obtener otra planta.
Reiteró que por eso es la importancia de colectar estos patrones y más en esta temporada de frio y en ocasiones el estudiante debe de tenerlos congelados porque la vid es un frutal de zona templada que necesita de ciertas horas de cúmulo de baja temperatura, para que se mantengan latentes y en primavera inicie el proceso para injertar.
“Lo que más nos ayuda es saber que estos patrones de la vid con los que estamos trabajando provienen de una zona silvestre y adaptadas al lugar, lo que nos evita problemas de estarles aplicando químicos u otras sustancias que por sí solas están funcionando”, concluyó la maestra Ramona.