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¿Desinterés en cuidarte del Covid-19?, se llama fatiga pandémica: Especialista UACH

  • UACH
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  • Septiembre 3, 2021

• La Organización Mundial de la Salud define a la fatiga pandémica como la desmotivación para seguir las conductas de protección recomendadas; puede llevar a la población a desafiar las medidas de protección sanitarias, ya sea retirándose el cubre bocas, deliberadamente no aplicar gel en las manos al ingreso a un lugar cerrado, no respetar la sana distancia, reñir con las personas encargadas de ejecutar los protocolos de sanidad.

El encierro y aislamiento aparentemente eternos afecta en cualquier contexto a la población, desde la niñez hasta los adultos mayores; la falta de control que sentimos sobre la pandemia y nuestra propia vida nos tiene de algún modo fatigados, explicó el maestro Andrés Octavio Pérez Estrada, responsable de la Unidad de Programas y Proyectos Especiales del Departamento de Atención Integral al Estudiante (DAIE) de la UACH.

Desde diciembre del 2019 cuando se conoció el primer caso de Covid-19, al día de hoy han ocurrido una serie de acontecimientos que han desgastado y repercutido negativamente en la vida de las personas en el mundo entero, no sólo a nivel personal, psicológico o social, sino también en el ámbito académico y profesional.

A este desgaste emocional y físico se le conoce como “fatiga pandémica” la cual es definida por la OMS como: “La desmotivación para seguir las conductas de la protección recomendadas que aparece de forma gradual en el tiempo y que está afectada por diversas emociones, experiencias y percepciones, así como por el contexto social, cultural, estructural y legislativo”.

Señaló que las características persistentes de la fatiga pandémica son el cansancio generalizado, alteraciones en la alimentación, en la calidad y cantidad del sueño con manifestaciones de insomnio, se puede presentar apatía, pérdida o incremento de peso al dejar de lado el interés por llevar una vida saludable.

El también psicólogo universitario explicó que este desgaste emocional puede provocar síntomas depresivos, de ansiedad, estrés e irritabilidad, lo que puede llevar a la población a desafiar las medidas de protección sanitarias, ya sea retirándose el cubre bocas, deliberadamente no aplicar gel en las manos al ingreso a un lugar cerrado, no respetar la sana distancia, reñir con las autoridades o personas encargadas que ejecutar los protocolos de sanidad, victimizarse, aislarse socialmente o buscar culpables ante los contagios.

A continuación, el Departamento de Atención Integral al Estudiante te brinda algunos consejos para mitigar los efectos del confinamiento, temor, pérdidas y falta de certeza:

1. Promueve una alimentación saludable.

2. Mantén una correcta higiene del sueño, duerme a la misma hora y aleja el celular de la cama.

3. Propicia la actividad física como la caminata, el baile, juegos con los niños o pasear a la mascota.

4. Con tu familia o círculo social inventa nuevas tradiciones, como miércoles de cine en casa o viernes de probar alimentos nuevos.

5. Participar del hábito de la lectura.

6. Mantener el contacto social con amigos y familiares por las vías digitales.

7. Busca soluciones y no más problemas, intenta algo creativo, alternativo o diferente, pregúntale a tus hijos pequeños o vecinos como lo resolverían, te puede ayudar.

8. Practica la gratitud, inicia en casa con los detalles más pequeños pero significativos, abre la puerta en el súper a otra persona o deja pasar al auto de enseguida.

9. El exceso de información también genera agotamiento, toma ayunos de noticias, ya que muchas de ellas no son verificadas y generan una angustia mayor.

10. Vive en el aquí y el ahora, practica Mindfulness; sumerge las manos en agua tibia, escucha música o come un bocadillo lentamente.

11. Seguir una rutina en este momento es bueno, así como establecer un plan para ocupar tu tiempo. Que los demás integrantes de la familia también tengan su propio plan.

12. Dosifica el uso de la tecnología, que no sea el único recurso del que dispones para el tiempo libre.

13. Si haces home office, vístete para laborar, asigna un espacio de trabajo, que esté iluminado, ventilado y cómodo, con las herramientas necesarias al alcance.

14. Finalmente, el compromiso de aceptación y adaptación de la realidad atípica en la que tu familia y tú viven servirá para aminorar los efectos adversos y limitantes de la contingencia, contribuye a la paz mental, incrementa el grado de eficiencia de la calidad de vida y ayuda a llevar el proceso paso a paso sin caer en la desesperanza.

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