Llega la temporada de calor y es muy común que la leche se nos eche a perder antes de la fecha de caducidad o que sus derivados, como yogures, pierdan sus propiedades debido a que los microorganismos vivos que contienen van muriendo cuando el producto no se mantiene frío.

El Dr. Jorge Octavio Acosta Montes, investigador de la Facultad de Enfermería y Nutriología de la UACH, indicó que existen dos aspectos importantes que debemos cuidar en relación a los productos lácteos y sus temperaturas: el primero es mantenerlos fríos para que no se vuelvan malos, pero existe otro aspecto importante, que es cuidar que no pierdan propiedades importantes como la cantidad de probióticos (microorganismos vivos y necesarios para nuestra salud intestinal), especialmente en leches, yogures y bebidas lácteas fermentadas.

Explicó que el término "cadena de frío" se emplea para definir la temperatura ideal a la cual se debe conservar el producto lácteo y sus derivados, desde su extracción o elaboración hasta su consumo, para que siga manteniendo sus propiedades. "Mientras más tiempo pase el producto fuera de estas temperaturas, más rápido perderá propiedades y/o se echará a perder, situación que no irá acorde con la fecha de caducidad que tiene, ya que se expuso a condiciones no recomendables para su almacenamiento".

La principal razón por la que se rompe la "cadena de frío" es cuando se traslada del punto de venta al hogar, dado que si compramos los productos en un supermercado retirado, suelen pasar incluso hasta horas para volver a refrigerarse.

El Dr. Acosta Montes recomendó que, al ir al súper, procures echar al carrito todo lo que vas a comprar y dejar hasta el final los productos lácteos. Además, es recomendable separarlos en una o varias bolsas de tela y no meterlas en la cajuela del vehículo, sino que vayan en el mismo espacio que tú, sobre todo en épocas de calor y temperaturas ambientales elevadas.

Además, se debe procurar no adquirir productos ni bebidas lácteas fermentadas (Yakult, Chamito, etc.) en la calle, semáforos o eventos promocionales, ya que por lo general se mantienen en hieleras, de las cuales eventualmente se sacan para mostrar al público o "pasear". Aunque no adquieran las propiedades de un producto echado a perder, la cantidad de probióticos habrá disminuido considerablemente.

También es importante revisar la fecha de caducidad y considerar si será factible que termines el producto antes para evitar desperdicios. Por otro lado, cuando se utilice un producto lácteo, se debe procurar sacarlo del refrigerador, utilizarlo y volverlo a guardar lo más pronto posible.

"Con estas sencillas recomendaciones, la calidad de los productos lácteos que consumes será mucho mejor y aprovecharás al máximo todos sus beneficios. Recuerda que hoy en día, muchos padecimientos como el cáncer, la diabetes, la obesidad, la depresión, entre otros, están asociados a la salud de nuestros intestinos, en términos de la salud de la microbiota intestinal, la cual se ve muy favorecida con el consumo de probióticos", señaló el especialista universitario.