Conocer el Derecho, servir a la Justicia

Lo primero que llama la atención a nuestra vista al entrar al edificio de la Facultad de Filosofía y Letras, anteriormente Escuela de Derecho, es el mural de Alberto Carlos que lleva por nombre “Conocer el Derecho, servir a la Justicia” realizado en el año 1959, durante la administración del rector Dr. José Fuentes Mares.

Son de apreciar de inmediato los fuertes contrastes de luz y sombra y la calidez de los blancos y rosados, en oposición a los colores azules, marrones y negros.

En la composición que se da en un mismo plano, convergen trazos verticales y horizontales: hacia el lado derecho se da un movimiento ascendente de curvas que nos elevan la mirada hacia el núcleo luminoso, punto focal del mural, que constituye la figura femenina, símbolo de la justicia. En el lado opuesto se hace evidente otro trazo que, aprovechando la verticalidad del muro, muestra a una serie de siniestros personajes apilados a manera de columna sobre la imagen de una mujer que yace desnuda y encadenada. Esta figura es probable que represente una sociedad despojada o bien a la misma justicia oprimida y humillada.

Los pliegues de ese manto van descendiendo sutilmente para dar cobijo a los magistrados y jueces corruptos que imparten la justicia, pero en realidad se burlan de los derechos de los demás, movidos por la avaricia y beneficio propio, que simboliza el hueso colgado del cuello de uno de ellos, así como las sentencias manipuladas que salen del cajón. Se manifiesta así, en una imagen de intenso dramatismo, una falsa moral que subyuga a la justicia.

Esto es una descripción de únicamente una pequeña parte del mural, en general puede dar la proyección muy lóbrega, de la decadencia por la que pasa la sociedad moderna, pero atisbando más este mural se puede uno percatar que proyecta esperanza y un llamado a combatir la injusticia, lo trágico de la vida, armonizar el ambiente social, mejorar el mundo con el retrato de grandes figuras históricas: Don Quijote, Benito Juárez, Abraham Lincoln, Simón Bolívar.

Alberto Carlos nació en Fresnillo Zacatecas, el 6 de abril de 1925. En 1939 se mudan a la ciudad de Chihuahua, donde con su padre, su madre y sus seis hermanos, encontraría su establecimiento definitivo. Desde muy temprana edad, Alberto mostró dotes para las artes plásticas. Tras pintar un retrato del Héroe de Nacozari para una celebración escolar, recibió por primera vez un modesto, pero significativo pago a su creatividad.

En su juventud cursó sus estudios de artes plásticas en la aclamada Academia de San Carlos en Ciudad de México, donde conoció a grandes artistas como Diego Rivera y Frida Kahlo.

En 1968 fue invitado a dirigir y dar clases en Bellas Artes, de la Universidad Autónoma de Chihuahua, encomienda que acogió como un especial reto, dada la precaria situación en la que la naciente escuela se encontraba y que la colocaba al borde de la eutanasia institucional. Al fin de su periodo dejó una mejor constitución y más sólida dirección.

Los noventa representaron la consagración de su trayectoría artística. En esta década el artista logró el reconocimiento del público, académico y oficial. Sus exposiciones contaron para entonces con una asistencia de público general, poco antes vista con artistas locales. Su obra mural se vio notablemente incrementada, al ser solicitada para edificaciones, tanto públicas como privadas.

En el Centro Cultural Universitario Quinta Gameros hay una sala dedicada al muralista Albertos Carlos y en la Facultad de Filosofía y Letras, ubicada en el campus 1 de la UACH se puede apreciar su obra mural.