
Especialista UACH promueve la conservación y cultivo del chile chiltepín
- UACH
- /
- Junio 27, 2025
Desde la Facultad de Ciencias Agrotecnológicas (FACIATEC) de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), la Dra. Miriam Elizabeth Martínez Pérez lidera un esfuerzo de conservación y propagación del chile chiltepín, una pequeña pero resistente variedad silvestre del Capsicum annuum, que destaca por su adaptabilidad, historia y valor en la biodiversidad local, que, además, representa un símbolo cultural arraigado a las comunidades serranas del estado de Chihuahua.
Gracias a su genética resistente, el chiltepín sobrevive en suelos pobres, tolera sequías, extremos de temperatura y brota nuevamente tras heladas. Este conjunto de características lo convierte en un recurso valioso para mejorar otras variedades agrícolas y conservar especies autóctonas en entornos extremos.
“El chiltepín es parte de un ciclo de vida complejo donde interactúan plantas, aves y personas. Sus frutos alimentan al cardenal, sus flores al colibrí, y sus semillas viajan gracias a la fauna local. No solo es un cultivo, es un ecosistema”, explica la doctora Martínez.
En FACIATEC, este chile se reproduce sin el uso de químicos, mediante técnicas biológicas que aprovechan sus propiedades alelopáticas, capaces de influir en otras especies vegetales o microorganismos. Al mismo tiempo, el invernadero universitario funciona como un espacio de formación, donde estudiantes de la UACH realizan investigación aplicada, desarrollan tesis científicas y aprenden a valorar los recursos naturales del estado.
La planta no solo tiene importancia ecológica y académica; también posee una fuerte carga cultural. En municipios como Guachochi, Guadalupe y Calvo, Batopilas y Satevó, las familias han aprendido a recolectarlo de forma respetuosa, siguiendo prácticas heredadas por generaciones. Esta transmisión de conocimiento ha permitido mantener una economía sustentable que no daña al entorno y refuerza la identidad de la región.
“En Satevó, por ejemplo, se mezcla con chile jalapeño para preparar salsas tradicionales, se conserva en vinagre o se integra a sopas y carnes. El chiltepín guarda aromas, colores, y memorias. Tiene un valor culinario tan importante como su resistencia en el campo”, destaca la especialista.
Domesticarlo no fue sencillo. Las primeras plantas se estresaban al ser trasladadas del ambiente silvestre. Fue necesario experimentar con sustratos, humedad y condiciones de luz para lograr su adaptación. Hoy, estas plantas pueden alcanzar hasta dos metros de altura en macetas grandes, si se ubican bajo sombra parcial. Durante el verano, requieren riego diario; en invierno, dos veces por semana.
Durante los meses de junio, julio y agosto, las plantas de chiltepín están disponibles para el público en general en el invernadero universitario. Sus precios accesibles permiten que tanto productores como familias interesadas en su sabor o en su siembra puedan adquirirlas. “Cada quien lo lleva con una intención distinta, pero todos buscan lo mismo: el sabor, la resistencia y el arraigo a lo propio”, menciona la doctora.
Consciente de su papel como investigadora y formadora, la Dra. Martínez concluye: “El chile chiltepín no es solo una planta picante. Es evolución, ciencia viva y una herencia que debemos conservar con respeto”.