
Alejandro Velázquez, egresado de la licenciatura en Letras Españolas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), se ha consolidado como una de las voces emergentes más interesantes de la narrativa local a través de cuentos.
Velázquez ha presentado obras como "Telar de la abundancia" y ha publicado los cuentos "Josefina" y "El farol" en Metamorfosis, revista semestral de su alma máter. Su microrrelato "La sentencia del mosquito" fue incluido en la revista Vaivén. En el ámbito periodístico, obtuvo el primer lugar en la categoría de crónica del certamen “Periodistas del mañana”, organizado por El Heraldo de Chihuahua y la Facultad de Filosofía y Letras, gracias a su texto "Tres días en La Habana".
“La mayoría de mis cuentos surgen de ideas repentinas durante actividades cotidianas, como caminar. A veces tengo varios finales posibles y los trabajo hasta que encuentro el que más sentido tiene”, comenta Velázquez. También explica que muchas de sus historias parten de observar a las personas a su alrededor, con el objetivo de construir personajes complejos, humanos y contradictorios.
El joven autor defiende el cuento como una forma literaria exigente: “Un cuento debe atrapar desde el inicio y cerrar con un final sólido. Me gustan aquellos que, al terminar, obligan al lector a reinterpretar lo que leyó”. Además, subraya la importancia del estilo y el uso de recursos retóricos, así como de licencias poéticas, para dar profundidad a sus textos.
Entre sus influencias literarias destaca la obra del cubano Reinaldo Arenas, por su crudeza y realismo, así como las escritoras Amparo Dávila, María Fernanda Ampuero, Mariana Enríquez y Dalia de la Cerda, a quienes admira por su capacidad de abordar problemáticas sociales con una mirada sin concesiones.
Aunque reconoce que la disciplina y el orden son fundamentales para escribir, también habla sobre las dificultades que enfrenta: “Lo más complicado ha sido encontrar tiempo para escribir, en un mundo lleno de distracciones. Además, publicar no es fácil; participar en convocatorias es un proceso subjetivo y muchas veces frustrante”.
Uno de sus mayores logros hasta ahora ha sido la publicación de Telar de la abundancia, una recopilación de cuentos que fue seleccionada por la editorial independiente Anverso, en Ciudad Juárez. El proceso, cuenta Velázquez, fue gratificante: “Hicieron un gran trabajo desde la corrección de estilo hasta el diseño de la portada”.
Actualmente, mantiene en pausa otro proyecto: Cifra negra, una colección de cuentos que aborda temas de violencia y delitos no denunciados: “En uno de los textos, los protagonistas están muertos y recuerdan la violencia que vivieron. Ella opta por el silencio, como lo hizo en vida, y así logra desquiciar a su agresor”, relata. Aunque no fue seleccionado en convocatorias anteriores, el autor asegura que volverá a trabajar en él cuando sea el momento adecuado.
Para Alejandro Velázquez, la literatura sigue siendo un acto de resistencia, introspección y, sobre todo, de humanidad: “Alguna vez un maestro nos dijo que nosotros trabajamos con el espíritu humano. Años después, sigo creyendo en esa frase”.