
Las recientes tormentas de arena registradas en la ciudad no solo afectan la visibilidad o el paisaje, sino que representan un grave riesgo para la salud pública, advierte la Dra. Leonor Cortés Palacios, docente- investigadora de la Facultad de Zootecnia y Ecología de la Universidad Autónoma de Chihuahua.
“Estos eventos arrastran partículas contaminantes que pueden incluir metales pesados y compuestos orgánicos tóxicos, algunos incluso con potencial de enfermedades mortales”- explicó Cortés- “Cuando estas partículas permanecen suspendidas en el aire, especialmente durante periodos de calor extremo, su dispersión se incrementa y alcanzan zonas muy alejadas del punto de origen”.
Además del impacto ambiental, el riesgo para la salud es real: “Las personas más vulnerables son los adultos mayores, niños y quienes padecen enfermedades respiratorias o cardiovasculares, ya que estas partículas pueden penetrar hasta los pulmones e incluso llegar al torrente sanguíneo”, puntualizó.
Sobre cómo protegerse, la investigadora recomendó lo siguiente:
• Evitar salir durante las tormentas de polvo o cuando la calidad del aire sea baja.
• Utilizar cubrebocas adecuados, como los tipo N95 y N99, que filtran partículas finas suspendidas en el aire.
• Cerrar puertas y ventanas durante estos eventos.
• Bañarse y cambiarse de ropa si se ha estado expuesto directamente al polvo.
No minimizar los síntomas como ardor en garganta, ojos, dificultad para respirar o dolor en el pecho.
También enfatizó la importancia de abordar el problema desde la raíz: “Tenemos que promover la conservación del suelo y la reforestación, pero con especies nativas, no exóticas. Esto ayuda a estabilizar el terreno, mejorar el microclima y reducir la erosión que facilitan estas tormentas”, indicó.
Finalmente, Cortés recordó que la población puede consultar fuentes oficiales sobre el estado de la calidad del aire antes de realizar actividades al aire libre.