En el marco del Día Internacional del Director de Orquesta, te invitamos a conocer al maestro David Pérez Olmedo, Director Artístico de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Chihuahua, cuya trayectoria y pasión por la música ha dejado una huella imborrable en el panorama musical. Desde su infancia hasta su presente, su vida ha estado marcada por una dedicación a la música.

Pérez Olmedo comentó que su primer acercamiento a este arte se dio en el seno de su familia. Creció rodeado de melodías y ritmos, ya que su madre era una ferviente educadora musical. "Digo que hago música desde el vientre de mi mamá, porque ella siempre dio clases de música a niños pequeños". Este ambiente familiar lo llevó a formar parte del sistema de enseñanza musical Yamaha, donde la música no era solo una actividad, sino una parte esencial de su vida.

A los 11 años, tuvo la oportunidad de ingresar a un programa social de música en Puebla, donde tocó la flauta transversal y se familiarizó con el rol del director de orquesta. Este contacto temprano con la dirección lo marcó profundamente, haciéndolo consciente de la figura del director como alguien que organiza y da vida a la música creada por otros músicos.

Al finalizar la preparatoria, se enfrentó a una encrucijada entre estudiar física o música; sin embargo, su corazón lo llevó a optar por lo segundo. Estudió Composición Musical en la Universidad Autónoma de Puebla y simultáneamente Dirección de Orquesta en la Universidad Veracruzana bajo la tutela del maestro Fernando Ávila Navarro. A los 21 años, su maestro lo impulsó a dirigir de manera práctica, lo que lo llevó a tomar la batuta de ensambles pequeños y orquestas juveniles, desde entonces, no ha dejado de dirigir.

Uno de los mayores desafíos que ha enfrentado es mantener una rutina constante de dirección: "La dirección se asemeja a pilotar un avión; las horas de vuelo son fundamentales para adquirir experiencia", reflexionó.

Comentó que el proceso de selección del repertorio para una temporada es complejo y multifacético. Se basa en una revisión exhaustiva de las obras previamente interpretadas, además de buscar el crecimiento técnico y profesional de los músicos, así como la colaboración con artistas invitados. La inclusión de compositores jóvenes y la colaboración con otras agrupaciones universitarias también son aspectos clave en la programación de la orquesta.

Narró que uno de los momentos más emotivos en su carrera ocurrió durante un concierto con la Orquesta Sinfónica de Xalapa, donde interpretó la Sinfonía No. 1 de Beethoven. A pesar de que su maestro de dirección, ya retirado, le había asegurado que no asistiría, apareció en el público, marcando la última vez que lo vio en vida. "La trascendencia no se da en los libros o conciertos, sino en las personas que has marcado", le dijo su maestro, palabras que aún resuenan en su corazón.

Para los jóvenes que aspiran a convertirse en directores de orquesta, David Pérez brindó un consejo claro: aprender a escuchar, la dedicación al estudio, la capacidad de imaginar los sonidos y la sensibilidad para entender y motivar a los músicos son fundamentales. Además, resaltó la importancia ser una persona que escucha no solo la música, sino también a los demás.

En este Día Internacional del Director de Orquesta, celebramos la pasión, dedicación y el talento de quienes se desempeñan en la Dirección Orquestal.