La Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas de la UACH fue sede del conversatorio "La Medicina Trasciende: El Derecho a la Muerte Digna", un espacio impulsado por la Sociedad de Estudiantes de Medicina de la UACH (SEMUACH) para abrir el diálogo sobre los retos éticos, legales y humanos que rodean las decisiones al final de la vida.
El encuentro contó con la participación de Samara Martínez, activista en pro de la eutanasia y paciente que enfrenta una enfermedad cronicodegenerativa que le ha provocado la pérdida de funciones en cuatro órganos, quien con gran honestidad compartió su testimonio, su fuerza y la convicción que la impulsa a defender el derecho de las personas a decidir sobre el cierre de su vida cuando enfrentan padecimientos irreversibles que deterioran profundamente su bienestar.
Martínez subrayó que hablar de muerte digna no implica una renuncia a la vida, sino un acto de humanidad, autonomía y respeto, su intervención invitó a estudiantes y docentes a reflexionar sobre el papel del personal de salud no solo en la curación, sino también en el acompañamiento, el alivio del sufrimiento y el respeto a la dignidad en todas las etapas de la existencia.
La sesión también incluyó la participación del abogado Gilberto Mendoza García, representante legal de diversas instituciones y profesionales del sector salud privado. Con experiencia en materias administrativas, fiscales, sanitarias, de seguros privados, corporativas y de mediación, Mendoza ofreció un análisis sobre el marco jurídico que actualmente regula —y limita— el derecho a la muerte digna en México. Destacó la necesidad de actualizar las leyes para garantizar la autonomía de los pacientes, particularmente en casos de enfermedades avanzadas o incurables.
Desde la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas, y en coordinación con la Unidad de Derechos Humanos e Igualdad de Género, se reafirmó el compromiso institucional con la formación integral de futuras y futuros médicos: profesionales sensibles, éticos y conscientes de que los derechos humanos constituyen el eje central de la práctica médica contemporánea.
Este diálogo entre medicina, derecho y experiencia humana recordó a la comunidad que la labor médica trasciende el tratamiento clínico: implica también comprender, acompañar y respetar la dignidad de las personas, incluso en los momentos más complejos de su vida.