Con el objetivo de contribuir al desarrollo de algunas estrategias para el control biológico de plagas que afectan a los cultivos agrícolas, a través de micro organismos vivos, y realizar análisis de la patología de esos insectos, el Laboratorio de Entomología de la Facultad de Ciencias Agrotecnológicas de la UACH, cumple 40 años apoyando a los productores del campo.
Fue en el año de 1971 cuando el maestro Rafael Alejandro Ávila Ramírez impartió por primera vez en esta facultad la materia de plagas y enfermedades, y en 1978 cuando en el plan semestral se divide la asignación en dos áreas; la primera que fue Entomología disertada por Ávila como titular y Fitopatología por Salvador Ramos titular. Fue en 1981 cuando se decidió equiparlo.
La doctora Nuvia Orduño, actual responsable de este laboratorio, señaló que hoy en día en este centro de investigación se realizan pruebas de biología y ecología a los insectos considerados como enemigos naturales de las plantas, con el objetivo de elaborar un insecticida que pueda controlarlos de manera permanente.
“En el laboratorio de entomología nos dedicamos a la identificación de plagas, elaboramos controles biológicos, entre ellos, la rama que más desarrollamos es la patología de insectos; actualmente estamos trabajando en el área de parasitoides y depredadores para lograr obtener la producción de un producto biológico que no contamine al medio ambiente, que no ocasione resistencia en las plagas, que sea efectivo y duradero en los cultivos, pero sobre todo que disminuya los gastos del productor”, manifestó la doctora Orduño.
Agregó que su trabajo es buscar diversas alternativas como hongos, bacterias o nematodos fito parásitos que controlen a las poblaciones de pulgones que afectan plantaciones como el tomate, chile, cebolla nogal, cultivos que más se desarrollan en la región centro y sur del estado de Chihuahua.
Dijo que, de entrada, estas plagas de pulgones son organismos hemípteros enemigos naturales de las plantaciones porque se alimentan succionando el líquido, a lo que científicamente se le conoce como la savia de las plantas, pero también el pulgón segrega una sustancia que impide la fotosíntesis y el desarrollo de la misma, y ocasiona incuantificables daños a la agricultura.
Manifestó que en el laboratorio se generan productos formulados en líquido y en polvo para que se mezclen con otras sustancias que puedan generar una sustancia aceitosa que revuelto con el agua se pueda aspersar o rociar como un insecticida, que al aplicarlo con organismos vivos a la larga va a perdurar en el medio ambiente y disminuirá poco a poco las plagas.
Comentó que la idea de generar un insecticida con microorganismos vivos es porque en los últimos cuatro años que ha estado al frente del laboratorio, se ha encontrado con el resurgimiento de las mismas plagas debido a que han generado cierta resistencia a los químicos que los productores siguen utilizando.
Por tal motivo, informó que en este laboratorio se están utilizando hongos o micro organismos que son recolectados de las diversas regiones productoras de la entidad, como del manzano, nogal, chile o tomate, sobre todo porque es necesario buscar material nativo que esté adaptado a las condiciones climatológicas del lugar para poder elaborar un producto que garantice el combate constante de las plagas.
Finalmente, aseguró que desde el 2017 a la fecha se cuenta con un banco de 25 hongos entomopatógenos caracterizados molecularmente y 14 bacterias pijadoras de nitrógeno, que han pasado las pruebas de caracterización en vitro que garantizan que tienen potencial para funcionar en el combate de las plagas.
