El 23 de junio de 1977 se graduaban en el Paraninfo Universitario 55 egresados del grupo "A" de la entonces Facultad de Educación Física de la UACH; 47 años después vuelve esta generación a la unidad académica a develar una placa en el "Espacio del recuerdo".

Autoridades de la hoy Facultad de Ciencias de la Cultura Física (FCCF) recibieron a 24 egresados de la generación 1973-1977 en una emotiva ceremonia que se efectuó en el auditorio Roberto "Che" Saldívar.

“Nos sentimos orgullosos de contar con su presencia, muchos de ustedes fueron docentes de esta institución, otros atletas y entrenadores destacados, unos maestros de educación física formadores de las nuevas generaciones, pero todos pusieron en alto el nombre de la UACH al cumplir con su lema: Luchar para lograr, lograr para dar”, expresó el maestro Carlos Javier Ortiz Rodríguez, director de la Facultad.

Acto seguido, acompañado por la secretaria de extensión y Difusión Cultural, Dra. Karla Montes Mata, entregó un diploma a cada uno de los integrantes de la generación. Entre los egresados se encontraba el maestro Eloy Armando Irigoyen Gutiérrez, exdirector de esta Facultad, quien fungió como maestro de ceremonias.

En el presídium estuvieron Homero Moriel, quien fue entrenador de los Dorados; Jorge López, entrenador de voleibol; Luis Ramírez, entrenador de atletismo y Blanca Estela Mariñelarena, campeona nacional de lanzamiento.

Durante el acto protocolario, Homero Moriel pasó lista de asistencia, al escuchar su nombre se fueron poniendo de pie contestando “presente”. Al estar todos incorporados se procedió a pasar lista de aquellos compañeros fallecidos y al unísono gritaron “presente” al escuchar cada nombre.

La egresada Blanca Chávez hizo entregó al director de la FCCF, de un libro que habla de la historia de la Educación Física de 1900 a 1956, para que forme parte del acervo bibliográfico de la institución.

Por su parte, Blanca Mariñelarena hizo un recuento histórico de la facultad, desde que fue aprobada la creación de la entonces Escuela de Educación Física por el Consejo Universitario el 19 de abril de 1956.

Al hacer uso de la palabra, Luis Ramírez reconoció con orgullo que la Universidad Autónoma de Chihuahua es considerada como su segunda madre, por eso se le llama Alma mater, a la vez que destacó la amistad y la unión que durante más de medio siglo ha perdurado entre sus compañeros de generación.

Al culminar el acto protocolario, los asistentes se dirigieron al "Espacio para el recuerdo", que se encuentra en el pasillo del segundo piso de las instalaciones, donde develaron una placa conmemorativa con el nombre de los integrantes del grupo "A" de su generación.