Elsa Estefanía Guerrero Valenzuela es una joven orgullosamente egresada de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Para complementar sus estudios y por recomendación materna, hace nueve años ingresó al Instituto Confucio para aprender chino mandarín. Poco se imaginó que esto la iba a llevar a dar clases de esta lengua y, además ganar concursos de canto en China.

“Primero que nada fue una motivación por parte de mi mamá, porque ella veía que yo tenía mucha facilidad para aprender idiomas, ya hablaba inglés y me impulsó a aprender uno nuevo, entonces ella fue la culpable, la que con su visión me direccionó a estudiar chino, pues China es un país que va a tener mucho auge, está creciendo mucho.”

Elsa no conocía a nadie que estudiará chino, y confiesa que si realmente ingresó al Instituto Confucio fue por darle gusto a su madre, pero una vez ahí se encontró con una experiencia diferente a lo que imaginaba, gustándole mucho la manera en la que los catedráticos enseñaban cosas como la historia o la gramática.

“En una ocasión la maestra nos enseñó una canción y nos dijo, vamos a cantarla pero sin ver la letra. Luego se dio cuenta que la única que podía entonar la melodía era yo, y solo tenía dos meses de estudiar chino”.

Si bien nunca ha recibido instrucción musical formal, Elsa sí había cantado antes y había recibido consejos sobre cómo hacerlo mejor. Pero cantar en un idioma nuevo era algo distinto, y aún así recibió la invitación para eventos del Confucio, en presencia de directivos y maestros.

Tras participar en un concurso de canto nacional, nuevamente en China, la joven recibió la oportunidad de estudiar un año y medio gracias a una beca, sin dejar de participar en los diversos cursos de canto que se encontró por allá, incluso en programas de televisión. Al regresar a Chihuahua, decidió prestar su servicio social como maestra adjunta en el Instituto Confucio, volviendo a ganar otra beca al poco tiempo y regresando a la Universidad BISU.

“En China hubo un concurso a nivel universitario y la persona que ganara el certamen iba a representar a la institución en un inter universitario. Entonces ahí hubo un poco de polémica porque la que ganó fue una mexicana, no un chino, y en el concurso final eran puros chinos y yo. Pero se me dio la oportunidad y el honor de representar a mi Universidad sin ser china, y gané segundo lugar.”

Habiendo descubierto su pasión por impartir clases, el año 2016 Elsa regresa a México con la intención de ingresar como docente en el Instituto Confucio. Desde entonces se ha certificado debidamente por Hanban, que es el órgano que coordina al Instituto Confucio. Resalta que de 10 maestros solo dos instructoras son mexicanas. Además de sus clases, Elsa siempre canta en todos los eventos del Instituto.

“La verdad es que el Instituto Confucio tiene un lugar muy importante en mi corazón” concluyó Elsa. “Porque todo lo que he aprendido lo he aprendido aquí, y aquí es donde he obtenido todas las oportunidades para poder viajar fuera y poder formarme en la maestra que soy.”